INQUIETO

Nada más llegar al chalet donde se celebraba el cumple de mi amigo Nacho, la cosa empezó mal.

JAN venía dormido, yo estaba saludando a la gente y se despertó. Coincidió que varios amigos le estaban mirando y al no verme se asustó.

A partir de ahí estuvo muy dependiente. Quería estar en mis brazos constantemente y lloraba por cualquier cosa.

Hasta una mosca que pasaba cerca de él, le asustaba y le hacía llorar.

Eso si, comió como si no hubiera un mañana: un bol entero de verduras, un pedazo grande de pan, varios trozos de chuleta y un petit suisse.

¡Toma ya!

El rato que comió estuvo tranquilo, pero cuando terminó de comer siguió inquieto.

Yo creo que echaba de menos a Mónica. No pudo venir, hoy también le tocaba trabajar.

Como JAN estaba tan inquieto, decidí marcharme… fue montarle en el coche y se calmó. Al rato se quedó dormido.

Seguramente también influyó que estaría cansado.

Durante un rato no sabía muy bien que le pasaba. Normalmente sé lo que necesita en cada momento, pero cuando llora y no identifico que es lo que le ocurre, lo paso mal.

No suele estar así casi nunca, uno se da cuenta de lo bien que reacciona JAN allá donde le llevemos, raro es el día que se queja.