El otro día estaba sentado en el sofá, de pronto me giré y miré a JAN que estaba junto a mi.
En un instante sentí esa sensación que otras veces he tenido, como si me diera cuenta de repente que soy padre y la gran responsabilidad que tengo.
Ciertamente parece un sueño, un sueño hermoso que se hace realidad, pero que por momentos da algo de vértigo.
A mi lo que más me cuesta es la cantidad de cosas que hay que hacer en el día a día y el cansancio que eso conlleva… ocuparse de la ropa, la comida, llevarle a la escuela, los médicos, la constante atención…
También pienso que tener un hijo con síndrome de Down es una gran responsabilidad, quizás aun mayor…
Pero yo estoy seguro que JAN va a llegar a ser independiente y que se valdrá por si mismo en algún momento, por su puesto yo siempre estaré a su lado para lo que necesite…
Y lo que tengo claro es que todo es más fácil gracias al amor…
…y soy muy afortunado, porque siento un amor increíblemente profundo hacia mi hijo.
sniff sniff
qué bonito Bernardo
Pareces un poeta 🙂