Nosotros muchas veces le decimos a JAN: …mi amor. Lo añadimos al final de alguna frase. Por ejemplo: ¿cómo estás mi amor?
De pronto ha empezado a decírnoslo él a nosotros. Se lo dijo el otro día a su mami y hoy me lo ha dicho a mi. La mira y le dice: ¡mi amoooor! 🙂
Nosotros nos derretimos y nos partimos de risa… y él se troncha y lo dice una y otra vez.
¡Qué lindo que eres hijo!