EL CUENTO DE LUCÍA

Hoy Lucía nos ha envíado un cuento que ha escrito para nosotros.

¡Nos ha encantado!

Lucía es una de las seguidoras de la historia de JAN, he hablado más de una vez de ella, tiene 11 años y escribe muchos comentarios… 🙂

Aquí os pongo el cuento que nos ha escrito…

¡Gracias Lucía!

¡Ya lo terminé!
Espero que os guste mucho
Y se lo dedico sobre todo a Mónica, ya que,
hace poco fué el día de la mamá y se lo merece.
Aunque lo mismo a Bernardo, que es un padre genial.
Aquí os lo dejo:

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Hace unos años, en un bosque alejado de la gente, vivía un hada llamada Mónica.
Su madre se llamaba Ana y, era la reina de las hadas. Ella siempre le decía a Mónica:
-No vayas a los campos de los humanos, son malos y te harán daño.
-Sii mamá -le contestaba siempre Mónica-.

Un día cuando Mónica jugaba entre las flores, se le cayó su gorro y empezó a volar por el bosque hasta llegar al lado de una casa humana. Mónica, a pesar de acordarse de las advertencias de su madre, fué a por su gorro. Mientras miraba a su alrededor buscando su gorro, se fijó en las casas de los humanos:

–<;<;¡Qué grandes son estas casas!>;>; – pensaba -. ¿Quién vivirá aquí? Mientras pensaba en quien podría vivir en aquellas casas taaan grandes, algo hizo mucho ruido y, Mónica, se tapó los oidos. Gritó varias veces hasta que vió lo que hacia ruido: ¡Era un animal muy grande! Era de color marrón y tenia una espesa melena en el cuello: … ¡Era un caballo! …

Corría rápido por el camino y detrás llevaba un carro atado en el que iban varios humanos: –<;<;¡Buau!>;>;-pensó Mónica-. <;<;¡Nunca había visto un humano tan cerca!>;>;

Después de aquello cogió su gorro y cuando iba a regresar al bosque vió una niña al lado de un arbusto. El hada se escondió y la miró, la niña se había hecho daño en un tobillo. Mónica no sabia que hacer; si ayudaba a una niña humana o , como ellas le llamaban a «un cachorro humano» su mamá le regañaría pero, si no la ayudaba la niña se quedaría allí.

Después de pensarlo mucho, se decidió a ayudar a la niña, salió de detrás de una flor y empezó a gritar: -¡Hola!

El cachorro humano miraba hacía todos los lados y no veía a la pequeña hada. Se quedó callada , pensando que lo había imaginado pero, un minuto después volvió a escuchar al hada, se quedó callada y miró hacía la flor.

– ¿Qué eres ? -preguntó la niña muy sorprendida-..

-Shh… Si mamá sabe que he ayudado a un cachorro humano me regañará… -respondió el hada-. ¿Qué te ha pasado?

-Me he caído y me duele mucho el pie-respondió la niña-.

Entonces… ¿Qué eres? Un… ¿Hada?

-Si pero no se lo puedes decir a nadie… – respondió Mónica -.

-¡Lo sabía! -exclamó la niña-.

Y… ¿Por qué no se lo puedo decir a nadie? Papá no cree en las hadas… ni mamá… ni mi hermano…

-Porque esto ha sido coincidencia… Los humanos no pueden saber que las hadas existen, y menos los cachorros humanos… Si lo supieran nos intentarían tener en casa, como mascota.

-¿Cachorros humanos?

-Si, así es como os llamamos… Y… si no te llamas así…¿Cómo te llamas?

-Yo me llamo Clara y, no somos cachorros humanos, somos niñas y niños..¿Y tú como te llamas?

-Yo me llamo Mónica y vivo en el centro del bosque Hoosa, junto a mi madre Ana.

De repente se oyeron los gritos de Ana.

-¡Oh no! -gritó Mónica-. Tengo que irme. Agitó la varita y desapareció entre los arbustos. La niña se levantó y notó que ya no le dolia nada el tobillo.

-Mónica ¿Qué hacías? -preguntó Ana-.

-Na-nada, estaba… buscandoo.. mi gorro que me había volado. -dijo Mónica-.

-Ah… -dudó su madre-.

Clara corría hacia su casa y nada más entró gritó: -¡Mamá, papá he conocido un hada!

-¿Qué dices? -preguntó su madre-. Vamos a comer.

Mientras comía, Clara intentó por todos los medios que sus padres creyeran lo del hada. Pero, no le sirvió de nada. Mónica estaba muy preocupada, y no comió nada de fresas. Su madre le preguntó:

-¿Seguro que no has hecho nada?

-No…

De repente, Ana movió su varita de un lado a otro y susurró unas palabras…

En ese instante Mónica empezó a decir toda la verdad:
-Ayudé a una niña en el campo y fuí a la casa de los humanos, ¡Todo era enorme!, la niña se llama Clara y le dolía el tobillo.

-¡¡Mónica!! ¿Cómo has podido mentirme? – gritó Ana, y dicho esto, volvio a mover su varita recitando las palabras al revés-.

-Lo siento -susurró Mónica-.

-Estas castigada.

Mientras, en casa de Clara su padre buscaba cosas en el ordenador.

-Puede que tengas razón… -dijo su padre-. Hoy, por la noche iré al bosque, estoy encontrando cosas muy interesantes sobre «las hadas»
Clara se mordió el labio inferior, pero ahora no se podía hacer nada.

Por la noche, su padre salió de casa y volvió muy tarde. Tenía un tarro brillante entre las manos . ¡Había cogido un hada! ¡Y era Ana!

Su padre venia sonriendo:

-Vaya, tenias razón hija, no sé como no pude confiar en tí. Ahora iré a dormir.

-Vale papá… Buenas noches…

Entonces, mientras su padre subía a la cama, Clara cerró poco a poco la puerta de su estudio y encendió una vela:
-¿Cómo te llamas? ¿Conoces a Mónica? ¿Eres un hada tú también?

Ana se quedó alucinada:
-¿Cómo sabes lo de las hadas?
-Me lo contó todo Mónica…

Ana movió su varita y susurró varias palabras. La niña cayó al suelo y empezó a roncar, luego volvió a moverla y se abrió el tarro, luego movió la varita de nuevo y deseó que nada de eso hubiera ocurrido. Luego deseó que nadie se acordara de ella. Y huyó de la casa. Aunque ese hechizo no funcionaba al 100% al menos haría que se olvidaran de aquella noche.

Ana llegó a casa muy enfadada y se encontró a Mónica por el bosque:
-¡¡Mónica!! ¡¡Vuelve a casa, estoy muy enfadada contigo!!

Ana la castigó muuchos años…

Y nunca más Mónica volvió a desobedecer a su mamá.

Luego, el padre de la niña humana no sabía que hacía allí tirada, y, como Clara aún se acordaba de las hadas, siempre pensó que todo había sido un sueño…

FIN.

Para Mónica, Bernardo & Jan.

5 comentarios en “EL CUENTO DE LUCÍA

  1. Muchas gracias, Lucía!! Me ha encantado! Es realmente precioso! Estoy segura que a la «Hada Ana» le gustará mucho también!
    Sigue escribiendo, lo haces fenomenal!
    Un abrazo fuerte,
    Moni

  2. Perdonar que hoy el comentario vaya para Lucia.
    Por favor Lucia, no dejes de escribir nunca, si con once años eres capaz de contar una historia tan bonita que no serás capaz de hacer cuando tengas más…..
    Bss a tod@s!!!

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