Ayer Mónica recibió un mail de su prima Flopy que nos dejó realmente emocionados.
Flopy tiene 20 años, vive en Buenos Aires (Argentina), estudia periodismo y es maravillosa.
Algunos habréis leído sus comentarios en este blog.
Cuando estuvimos en Buenos Aires conectamos de una manera muy especial con ella, la queremos muchísimo y la añoramos. Tenemos muchas ganas de que conozca al precioso JAN.
En el mail Flopy nos contaba que había tenido que hacer un trabajo en la facultad con una nota de opinión de 40 líneas sobre un blog y que había elegido «la historia de JAN«.
Cuando lo leímos nos emocionamos muchísimo, se nos llenaron los ojos de lágrimas. Es realmente precioso y por ello lo queremos compartir con vosotros.
Gracias Flopy, ha sido un regalo verdaderamente hermoso.
No dejes nunca de escribir.
Te queremos.
El amor tiene un cromosoma de más
No hay un manual que explique cómo ser padres, y mucho menos, existe uno que diga cómo ser padres de un niño con Síndrome de Down. Sin embargo, al leer el blog “La historia de Jan” parece que Mónica y Bernardo hubieran encontrado la fórmula. A través de estimulación, juegos y cariño, estos padres están logrando lo que- desde hace un año y medio- es para ellos el sentido de su vida: hacer feliz a su hijo Jan.
El blog comenzó el 14 de diciembre de 2009 y, desde ese momento, Bernardo no pasa ni un sólo día sin escribir una nueva entrada. Jan nació en Madrid el cuatro de noviembre de ese mismo año y el 23 de diciembre sus padres se enteraron de que tenía Síndrome de Down. “Ahora comienza un nuevo camino, una nueva vida”, escribía ese día Bernardo, y explicaba que el nuevo y verdadero sentido de su vida y la de Mónica era hacer feliz a su hijo.
El blog cuenta, como su título lo indica, la historia de Jan: los acontecimientos que suceden en su vida, los progresos que va teniendo, aquellas cosas que le cuestan un poco más y la tarea de sus padres al ocuparse de él día a día. Enseñándole a jugar, a comer, a gatear… realizándole ejercicios de estimulación para que avance más rápido, llevándolo a pasear, al médico, y a donde sea necesario.
Entrar a la página es compartir una parte de la vida de la familia Moll Vic. Las palabras de Bernardo, acompañadas muchas veces por fotos y videos, reflejan el amor más puro e incondicional que Mónica y él sienten por el pequeño Jan. “¿Se puede amar más a un hijo?”, se preguntaba Bernardo en una de las tantas entradas que escribió, y él mismo se respondía: “Sé con seguridad que no”. Tal vez sea que al tener un hijo que posee un cromosoma de más, el amor también es más fuerte, o se siente con más intensidad.
Después de haber leído el blog, es imposible negar que el objetivo de los padres de Jan se está cumpliendo, porque no hay dudas de que el pequeño es un niño feliz. Y, en ese sentido, el Síndrome de Down queda a un lado, ya que no influye en la felicidad. Lo verdaderamente importante es la dedicación que día tras día Mónica y Bernardo ponen en su hijo, lo que se ve reflejado en su historia, “La historia de Jan”.
No lo habia leido y hoy me he estado poniendo al dia. Maravilloso lo que escribe, pq sois maravillosos, esta claro!