Desde hace dos días, cuando llega la hora de subir al autobús de la ruta, JAN sube caminando con ayuda.
Le agarro las manitas y sube los escalones.
Cuando llegamos a la parada se agarra muy fuerte a mi y no quiere ni que le ponga en el suelo, pero cuando le bajo y le digo que mire como llega el autobús, la cosa va mejor.
A veces fantaseo imaginándomelo de mayor subiendo y bajando solito del autobús. 🙂
Cada cosa a su tiempo.
😉