Hoy en la comida JAN no paraba de quejarse porque quería comer más y más pan. Yo le expliqué varias veces que le iba a seguir dando pan, pero que tenía que alternarlo con la comida.
Él seguía quejándose, así que me puse serio y le regañé.
Pues madre mía, se me partió el alma. Se puso a hacer pucheros y rompió a llorar. Le caían unos lagrimones enormes. Es tan sensible, os juro que daba mucha penita. Le abracé y le dije que no pasaba nada. Él me daba palmaditas en la espalda como diciendo: «papi lo siento mucho, no te enfades conmigo».
Luego se le pasó enseguida y ya estuvo mucho menos obsesivo con el pan.
Hijo te quiero muchísimo.
a los crios les encanta el pan mucho, yo de peke comia bastante, pues si dices que despues de llorar se le paso un poco lo de querer pan es porque a lo mejor vio que le dijiste que no y el estara aprendiendo a que si dicen a ciertas cosas que no tiene que ser no, que penita me fuera dado verlo asi, es que los crios cuando piden algo no hay quien se resista a darselo para contentarlo 🙂