Hoy pasó la tarde con nosotros la Ita.
Nos hizo mucha ilusión que estuviera con su nieto JAN.
Es increíble verles a los dos, lo pasan en grande.
JAN disfruta muchísimo jugando con ella, la da muchos besos y mi madre se derrite.
Me encanta escuchar las carcajadas de mi hijo, y es que se parte de risa con las bromas que le hace la Ita.
Lo que más le gusta a mi madre es cuando JAN la llama princesa. Ella se derrite y él se parte de risa.
Vaya dos.
Los quiero. 🙂
No he podido resistir sentarme unos minutos y escribir que jamás había visto a un niño tan felíz. Y no me refiero a un niño como él. Hablo de un niño cualquiera, un niño de siete años que desafiaría a los extraterrestres sólo para conseguir una piruleta.
Sigo a Jan desde mucho después de lo que me hubiera gustado y debo reconocer que me declaro fan;
Fan de esa manera que tiene de enamorar a cualquiera.
Fan de la capacidad que tiene, de simular que vuela cada vez que corre de un lado a otro sin rumbo fijo para acabar aterrizando en el motel de vuestros brazos.
Fan de sus ojos que transmiten una paz brutal y fan de el gigantesco corazón que no le cabe en el pecho.
Me declaro fan de su pelo molón e incluso siendo culé, me roba sonrisas al ver su entusiasmo con el Atleti.
Grande Jan y grandes vosotros, sus padres quien haceis posible que le duelan las mejillas a Jan de tanto sonreir.
Grandes. Muy grandes.