A JAN lo le gusta nada que le cortemos las uñas, se asusta y se queja. Al final siempre tengo que hacer varias artimañas para conseguirlo, cantarle, hacer concursos… je, je.
Pues hoy de manera milagrosa no ha puesto ningún problema. Antes de empezar le he hecho tocar con la yema de sus dedos su uña y le he dicho que estaba larga. Luego me he puesto a cortarle y ningún problema.
Incluso al terminar ha ido directo a su madre a enseñarle lo bien que le habían quedado. ¡Jajaja!
¿Será por haberle hecho tocar su propia uña? Quién sabe.
🙂