Este pasado fin de semana fuimos a un concierto de piano y violín para niños que hacía nuestra amiga Ingrid.
Ingrid tiene un hijo precioso con síndrome de Down que se llama DARÍO.
Llegamos justo cuando iba a empezar, se apagaron las luces y JAN se puso nervioso.
Tanta gente, la oscuridad y el sonido de los altavoces le descolocó. No paraba de quejarse, le tuvimos que sacar fuera. Allí se calmaba y señalaba hacia dentro, pero era volver a entrar y se ponía de los nervios, sin parar de quejarse. ¡Y entonces otra vez para fuera!
Cuando encendieron las luces para que los niños participaran, JAN se fue calmando, aunque le costó bastante.
Al final del espectáculo Ingrid nos dejó subirnos al escenario y JAN se lo pasó bomba gateando y tocando los pequeños instrumentos.
La verdad que pese a las quejas fue una bonita experiencia, tenemos que llevarle a más espectáculos de niños para que se vaya acostumbrando.
Normalísimo!!! Es muy chiquitito aún. Qué buen manejo del xilófono!!!!! 🙂 Guapo!!!!
Poco a poco, lleva el arte en las venas, cuanto antes empiece a famiiarizarse con él, antes vereis los resultados.Es un Krak ¡¡¡¡
La estimulación temprana en todos los sentidos es importantisima.
Dicen que cuanto antes empieces a hablar con tu hijo, antes lo empezará a hacer él contigo.
Con los mios fué un suplicio,pues tan iguales y hablando sin parar .Habia momentos que no podiamos más ¡¡¡¡
Adelante con los conciertos, seguro que pronto nos sorprende, como con todo…..
Bueno ,el ya toca el violín ficticio ¿?
Besos desde Cartagena
Pues si estan muy bien esos conciertos! Y parece que a Jan le gustan,seguro que lo que no le acaba de convencer es cuando apagan las luces y verá el espectáculo con tanta luz, tantos murmullos que le habrá dado miedo,pero seguro que en el próximo se lo va a pasar pipa. Ya vereís.
Besitos-