El otro día JAN en el supermercado iba caminando de aquí para allí. Le dije que fuera a mi lado, pero él iba a su bola, correteando por los pasillos.
Me quedé observándole para ver qué hacía, ya que desde donde yo estaba tenía mucha visibilidad.
El caso es que no tenía ningún miedo de perderse, iba por los pasillos sin parar, pasó un buen rato y aunque no nos encontraba no se asustó para nada.
Me acerqué y le volví a explicar que tenía que tener cuidado e ir al lado de papá.
Ya llegará el día que sea más consciente de los peligros, de momento hay que estar muy atento.
Besitos al correcaminos. 🙂