Esta noche mientras le daba de cenar, JAN me hacía caricias en la mano y en el brazo.
El pobre estaba muy cansado, más bien agotado. Le he dado de comer sentadito en el sofá, me acariciaba y luego se tumbaba sobre mi pecho.
¡Es tan tierno!
Se ha quedado dormido en unos minutos.
Los miércoles son un día duro para él: estimulación cognitiva, fisio y piscina…
¡Te amo!
A ver que llegue el fin de semana y ya descansa 🙂