Esta noche mientras le daba la cena, JAN no paraba de quejarse.
Yo no entendía muy bien que es lo que le pasaba, incluso me tenía un poco preocupado.
De pronto me vino la inspiración… Le miré bien los ojos y me di cuenta que estaba muy cansado.
Rápidamente le hice la limpieza nasal y le subí a dormir.
Entonces corroboré que efectivamente estaba muy cansadito… se durmió en menos de un minuto. 🙂
Hola Bernardo,
¿nos cuentas cómo le haces la limpieza nasal al peque? Yo a los míos les tumbo de lado y les pongo el suero en la fosa que queda «arriba» para que salgan los moquitos por la otra, pero no sé si es lo más eficiente.
Jan está simpatiquísimo, es un placer asomarme cada día a su historia.
Besos enormes a los tres,
Beatriz
PD: Por cierto, ¿recuerdas que hace dos o tres semanas no sabías qué contar en el blog? Una vez nos dijiste que algún día nos hablarías de la lactancia. Yo lo espero con mucha ilusión, me maravilla la lactancia prolongada, y si los comienzos han sido duros lo valoro aún más. Un beso enorme a Mónica, no hay reto que se le resista por su nene!!
Jajajajaja me encanta la foto!!!! 🙂
Besos!
La de veces que mis niñas se me han quedado dormidas en las sillas comiendo… me inspiran tanta ternura! Ay, Jan, todos los días le enseñas algo a tu aita, y a todos!!!
Que interesante blog, todo lo que vas compartiendo.
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