Pues le ha venido genial a JAN la caminata del finde, porque hoy al volver de la ruta a casa, no me pidió ni una sola vez que le llevara en brazos.
Tampoco se paró en ningún momento. Lo habitual es que se pare a cada rato, se queje y que pida que le lleves en brazos.
Me ha sorprendido mucho que viniera tan seguido. ¡Qué maravilla!
Así que a los que os pase ya sabéis, a irse el finde al campo y a caminar. 😉