El otro día estábamos Moni y yo totalmente dormidos y de pronto entró JAN en la habitación y dijo a su manera: «¡buenos días!».
Los dos nos incorporamos de golpe, nos pusimos eufóricos y comenzamos a reír. Jajaja.
Cada nueva palabra que le escuchamos a nuestro hijo es una fiesta.
Menudo despertar tan maravilloso.
¡Bravo hijo! 🙂