A JAN le encantan las rampas y las escaleras mecánicas.
Cuando estamos en un centro comercial, una y otra vez quiere subir por ellas.
Le hace mucha gracia, supongo que es como una atracción para él. 🙂
Cuando llegamos al final se pone a quejarse porque quiere subir otra vez.
Por supuesto nunca le dejamos solo, hay que tener cuidado. Pero está genial que suba y baje para el equilibrio.