Ayer me levanté medio malo y hoy estoy peor. Parece un catarro, sin importancia pero ya se sabe que estar malo es bastante incómodo.
Cuando estoy malo, miro a JAN a los ojos y le digo que estoy malito, que me duele la cabeza por ejemplo. Entonces él acerca su manita y me acaricia para curarme.
¡Es tan tierno!
Y de pronto uno se siente algo mejor.
Gracias hijo, ¡te quiero! 🙂
Y es que una simple caricia de ellos nos lo cura todo…
Muy fan de Jan y d sus gafitas preciosas.