Cuando dejo a JAN por la mañana en el autobús de la ruta, me encanta esperar abajo hasta que el bus se marche. Me pongo en un sitio desde el que me vea y levanto la mano para decirle adiós.
Me parece muy bonito que todos los días vea a su padre despedirse.
Veo su cara mirándome y noto que le sirve para irse tranquilo.
Últimamente le está costando más dormirse. Mira que llevábamos una buena racha con los horarios, pero esta semana regular. Hoy ha tardado más de una hora en quedarse dormido.
Bueno ahora todos a descansar.
¡Hasta mañana!
🙂