…escucho el llanto de JAN. Respiro. Escucho las palabras dulces de Delfina, sus canciones. Percibo que ahora el llanto del pequeño es distinto, más controlado, más calmado. Respiro. Una vez más las palabras de Delfina me tranquilizan. Ahora el llanto ya casi no se percibe. Siento paz. Confirmo que Delfina ha conseguido su objetivo, JAN se ha calmado en sus brazos. Me siento feliz…
En fisio hoy la cosa empezó muy bien. JAN estaba alegre, receptivo, divertido… quizás algo cansado.
Cuando llegó el ejercicio de boca arriba en la pelota, comenzó la queja. Al poco se convirtió en llanto y desesperación. En seguida mi instinto de protección me llevó a querer coger a mi hijo, pero yo sabía, que al igual que el primer día, el objetivo de Delfina era otro… que se calmara con ella.
Respiré, traté de calmarme y me entregué al duro proceso. Después de 20 minutos, JAN se calmó.
Delfina me ha explicado que es muy importante que JAN empiece a aprender a calmarse solo. Nos ha comentado que cada vez irá siendo más fácil y en menos tiempo, y que aunque sea un proceso difícil para los tres, es algo fundamental.
JAN no llora en todas las sesiones, el otro día estuvo muy tranquilo y no soltó ni una lágrima. Hoy la verdad estaba muy cansado, yo creo que no va a tener que ser siempre así.
Lo bueno de todo es que confiamos en el criterio de Delfina… y eso es muy importante.
Hijo, todo va a salir bien.
¡Te queremos!