Hoy al mediodía, cuando volvió JAN del cole, Mónica y yo nos dispusimos a comer spaghetti.
Él ya había comido en el colegio, pero en cuanto vio los platos en la mesa puso cara de felicidad y se sentó dispuesto a zampar. Jajaja.
Cuando le dijimos que él ya había comido, se pilló un cabreo de narices.
Al final le pusimos un plato y le dimos un poco cada uno del nuestro y se los pimpló. Jajajaja. ¡Qué tío!
¡Menudo comilón! ¡Lo amo!