«¡NOOO!»

Pues nada, que ahora al rey de la casa le ha dado por decir «no» a todo.

Es tremenda la cosa, está en esa fase de negación que por un lado te partes de risa y por otro te sale humo por las orejas. Jajajaja.

En el fondo es muy bueno que se reafirme una y otra vez, pero vaya tela.

¡JAN, te queremos chiquitín… aunque digas: «no»!