Nunca nos había pasado lo de hoy. Estábamos saliendo de casa, JAN se adelantó como otras veces al pasillo del ascensor, Moni y yo estábamos cerrando la puerta de casa y cuando nos giramos ya no estaba.
El tío había llamado al ascensor y se había metido, las puertas se cerraron y se bajó solo.
Nos pusimos de los nervios, yo me monté en el otro ascensor y le di a todos los pisos para ver donde había parado. Moni mientras se fue por la escalera para ir mirando por los pisos.
Cuando llegué al menos uno le empecé a escuchar y al final me lo encontré en el menos dos tan contento, partiéndose de risa al vernos. Uf, menudo agobio que pasamos.
Eso si, no nos vuelve a pasar.
Es alucinante lo valiente que puede llegar a ser el chiquitito. 🙂